El marco era espectacular, la raya real, con un sol de justicia en todo lo alto que no impedia que los hermanos en la señora siguiesen rezandole en forma de sevillanas,caminando entre pinares, descansos para refrescar la garganta y seguir rumbo a la aldea, el dia seguía prometiendo...
Sobre las 20:30 horas de la tarde, tras varias paradas al lado de los pinos para descansar y comer algo, tras la parada obligada en Palacio donde saltó a relucir el arte que tiene la Hdad de Las Cabezas, tras seguir caminando con el sol cayendo poco a poco creando una estampa de ensueño, tras el cafelito que que nos dio fuerzas para el ultimo tramo, por fin...llegamos al ajolí, como se dice "a las puertas mismas de la aldea prometida", la sonrisa en los peregrinos volvió a relucir, sueño cumplido...
El domingo por la mañana se presentaba un dia ventoso y nublado, tras una noche de ensueño, nos despertabamos con caras de cansancio pero a la vez felices, porque ibamos al encuentro con la señora, se veia ilusion en las caras caminando por la aldea...
...y por fin, llegabamos a la ermita, las campanas repicaban con su singular tintineo marismeño precediendo a la misa que se iba a celebrar en el templo; justo delante, el simpecado de la Hdad de la Macarena precedia a nuestro banderín ya que esta Hdad celebraba a esa misma hora su misa anual junto a la Hdad Matriz de Almonte. Nosotros, los peregrinos, ansiados de ver por fin a la señora, entramos en la ermita muy emocionados, los rostros eran de cansancio pero a la vez de alegria, estabamos ahí junto a ella, nuestra peregrinacion culminada ante sus plantas, la Virgen al ver entrar a esos peregrinos de rostros cansados, tostados por el sol de doñana y armados con sus varas de peregrinos, esbozó una leve sonrisa y le diria a su pastor divino, " mira ya están aqui los hermanos de Las Cabezas"...
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